de
los caballos del campo;
me
gusta cómo tranquean
siempre
pisando el prado;
cómo
mueven su mosquero,
compás
y ritmo vibrante,
como
brújula marina,
que
orienta a los navegantes.
Con
las crines sueltas al viento,
¡qué
galopar tan certero!
Trotando
libremente,
¡qué
correr tan ligero!
Me
gusta el aire vaquero
de
los caballos del campo,
me
gusta el aire campero,
que
transmite cada tranco.
Cómo
galopan “templaos”,
dan
vueltas sobre las piernas,
cómo
salen “cadenciaos”
sin
que pesen en las riendas.
Cómo
arrean, cómo paran,
cómo
doblan, cómo templan,
si
van p'atrás no reparan,
y
qué admiración despiertan.
N. A. F. - 2º ESO
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