Aquella nostalgia mía
escuchando una guitarra.
¿Dónde encontraré la mía?
¿Dónde buscar mi guitarra?
Si esta noche te tuviera,
nueve dedos tocarían.
Si a mi lado tú estuvieras,
seis cuerdas sonarían.
Esbelto es su clavijero;
con golpeadores de oro,
un fino mástil de acero
es la guitarra que añoro.
Tocando un bordón amigo
la valiosa melodía,
componer arte contigo
y una bella sinfonía.
Mi fuente de inspiración,
transmite ese sabor a arte.
Tu diapasón y corazón,
ojalá yo pueda darte.
Claro y puro sentimiento
en las mañanas se escucha,
gran y profundo lamento
en una divina lucha.
M. V. 2do. de ESO
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