25 jun 2014

VIVIR CON COHERENCIA, LA MEJOR HERENCIA



Para la sociedad en la que vivimos hoy en día es sencillo caer en la hipocresía y la falsedad de pensar de una manera y actuar de otra completamente diferente que se contradice. Por este motivo es de suma importancia hacer llegar, sobre todo a la inconstante juventud actual, un modelo a seguir de humildad, coherencia y valor.

A lo largo de la historia y en diferentes panoramas políticos han destacado figuras que, si bien su labor no fue reconocida en sus tiempos, ha tenido repercusión en nuestro presente. Esas personas enfrentaron la adversidad y tomaron consciencia de los problemas sociales de su época, los cuales trataron de solventar desde su humilde postura. 

El mayor exponente de esta “vida coherente” es la figura de San Pedro Poveda, fundador además de la institución en la que se integra nuestro centro educativo. Sintió la llamada de Dios muy joven y tras completar sus estudios comenzó su labor en Guadix, 

Impresionado por el abandono en que vivían los numerosísimos habitantes de las cuevas, pensó que lo mejor que podía hacer en favor de los grandes y los pequeños era facilitarles medios para su educación personal y profesional, de modo que pudieran llegar a ser personas preparadas y, por lo tanto, capaces de desempeñar un trabajo que les permitiera una vida digna (González, p.3).

Decidido a tomar parte en la situación, se comprometió plenamente con el desarrollo educacional de los jóvenes de la época creando la Institución Teresiana. 

Así mismo podemos mencionar también a Josefa Segovia, fiel colaboradora de San Pedro Poveda y con un papel decisivo en la educación femenina de la época. Josefa Segovia no se dedicaba únicamente a enseñar a otras jóvenes, sino que las motivaba y las educaba para que pudieran ser el pilar de las siguientes generaciones. Ella les pedía coherencia en sus vidas y responsabilidad social al igual que deseaba para ellas una formación sólida y una fe vivida y formada, Josefa siempre «levantaba» e invitaba a «levantar», (Lasheras, 2005).

En ámbitos más subversivos también florecieron personalidades que cambiaron el rumbo de la historia por actuar de acuerdo a sus ideales. Tal es el caso de Monseñor Romero, quien reclamaba el fin de la opresión para San Salvador considerándose el obispo del pueblo y, a pesar de ser difamado y amenazado, nunca cesó en su empeño por conseguir los derechos para su pueblo. "En nombre de Dios y de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben cada vez más tumultuosos hasta el cielo, les pido, les ruego, LES ORDENO, en el nombre de Dios: CESEN LA REPRESION", (Lasheras, 2005, p.4). Sin embargo, no fue hasta después de su muerte cuando actuó de catalizador para una guerra que liberaría al pueblo de la opresión. 

En este mismo país destacó así mismo Ignacio Ellacuría, el cual también cumplió su objetivo tras su muerte. Era un estudioso que no se limitó a sentarse frente a sus libros, sino que tomó parte en la realidad de su sociedad. Como muchos de aquellos que van contracorriente, fue finalmente silenciado, precipitando así el final de la guerra y por tanto, su objetivo. 

Acorde con sus ideas republicanas cabe también mencionar a María Zambrano, filósofa y escritora española que vivió durante la época de la guerra civil y que tuvo una gran influencia en el desarrollo de la filosofía moderna. Por permanecer firme a sus creencias sufrió el exilio y la separación de aquellos a quienes amaba. Aunque, si bien era peligroso para ella encontrarse en España durante la guerra, ella, siempre fiel a sus ideales, no duda en regresar a su país de origen cuando es necesario. El estallido de la Guerra Civil la encuentra fuera de España y vuelve. Cuando le preguntan por ello responde: “Por eso precisamente, porque la guerra estaba perdida”. En esto María Zambrano nos guía, “hay que dar la cara”, (Lasheras, 2005, p.2). Ésta es una figura traspapelada en la historia de España y a la que no se concede mayor importancia hasta el año 1981, cuando se le hace entrega del premio Príncipe de Asturias. “María Zambrano es reconocida en el mundo. En 1959 el filósofo Cioran afirma que María Zambrano era la intelectual más brillante del siglo, pero todavía en 1970 el desconocimiento de María en España es absoluto”, (Lasheras, 2005, p.3).

Personas como estas y muchas más que quedan sin nombrar, e incluso que se desconocen, nos dan la esperanza para poder vivir en un mundo en el que podamos luchar por nuestros ideales independientemente de las circunstancias en las que nos encontremos, bien política o personalmente. Siendo como ellas es como se hace girar el mundo para que las cosas funcionen, debemos ser perseverantes, luchadores y ante todo, fieles a nosotros mismos y  a nuestras ideas.
 Julia María González
 Bibliografía
·         González, M.E. SAN PEDRO POVEDA CASTROVERDE - Signo para la Iglesia y el mundo de hoy.
·         Lasheras, E. (2005). María Zambrano.
·         Ribera, R. (1994). Romero y Ellacuría: el santo y el sabio. San Salvador.
·         Zenit.org, (2005). Josefa Segovia: «Un nuevo modo de ser mujer que es camino de santidad». Roma.

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